
Relación profesor-alumno
Cuando volví al trabajo como directora tras la baja por maternidad, sentí que experimentaba la vida escolar con un par de ojos nuevos. Cada mañana, al recibir a los alumnos en la puerta de la escuela, comprendí que cada niño es la niña de los ojos de alguien. Como profesores, se nos confía la tarea de educar los corazones y las mentes de nuestros alumnos cada día. Es importante que recordemos siempre que se trata de un gran honor que se nos ha concedido. Nunca debemos olvidar que cada marca en el registro, cada punto de datos en una hoja de cálculo y cada nombre en un formulario de remisión de conducta pertenece a un niño que es el centro del mundo de alguien.
Al igual que establecemos rutinas claras para nuestros hijos en casa, como profesores debemos tener las más altas expectativas para nuestros alumnos, demostrando cada día que creemos en ellos y que nos preocupamos por ellos. Debemos demostrar respeto mutuo en nuestras interacciones verbales y no verbales, buscando formas de ofrecer elogios positivos y específicos que motiven a los niños, inspirándolos a alcanzar su potencial.
Gestionar la relación con los padres
Los investigadores han descubierto que la clave para que la relación familia-comunidad-escuela sea un éxito es considerarla una asociación de iguales. En otras palabras, los educadores y las familias de todos los orígenes son vistos y valorados como expertos en la educación del niño. Y los miembros de la comunidad son vistos como contribuyentes útiles y partidarios de las escuelas.
Esta asociación se basa en valores compartidos y hace hincapié en los puntos fuertes que todas las partes interesadas aportan. La confianza y el respeto que se fomentan ayudan a cultivar un sentimiento de pertenencia a la comunidad escolar entre los alumnos y sus familias, lo que a su vez crea un clima escolar afectuoso.
Una escuela dedicada a crear asociaciones sólidas con las familias y las comunidades pregunta a las familias en cada reunión de padres y profesores sobre sus expectativas para la educación de sus hijos. Además, honran los orígenes culturales de las familias a través de cenas con comida, celebraciones en toda la escuela y proporcionando oportunidades para que las familias compartan sus historias sobre sus propias experiencias educativas con los profesores, los estudiantes y toda la comunidad escolar. Las escuelas acogen a las organizaciones de la comunidad en estos eventos y las invitan a participar y compartir sus conocimientos y recursos sobre cosas como programas extraescolares, eventos artísticos y deportivos y oportunidades de voluntariado.
Conexión con la escuela en casa
Los padres proporcionan a los niños sus primeras experiencias de aprendizaje, empezando por comer, sentarse, caminar, colorear en el jardín de infancia, escribir y leer en la escuela, etc. Dado que los padres ayudan a sus hijos a establecer los hitos básicos de su desarrollo en la vida, también pueden ayudarles a obtener buenos resultados en la escuela.
Por lo tanto, reforzar una sólida asociación entre padres y profesores sería una estrategia indiscutible para garantizar el apoyo al proceso de aprendizaje de los niños en los centros educativos. Los expertos han confirmado que una relación positiva entre padres y profesores contribuye al éxito escolar de los niños.
Aunque no es tan fácil como se cree. Hay profesores a los que su hijo querrá y profesores a los que no querrá. También es probable que le gusten más unos profesores que otros. Hay profesores que pueden adorar a tu hijo y otros que simplemente no le entienden.
Pero sea como sea, el profesor de tu hijo es la segunda persona más importante en su vida (después de los padres, claro). Y tú puedes ayudar a que su relación sea sólida y gratificante.
Relación entre la escuela y la familia
El compromiso de los padres es una consecuencia de la visión/esfuerzo institucional hacia la participación de los padres. El director de la institución debe entregar una política estructurada al personal docente para hacerla realidad. Cualquier forma aleatoria de tratar con los padres se basará principalmente en los caprichos de los profesores y en sus limitados conocimientos sobre la importancia de la participación educativa de los padres, lo que probablemente hará que los asuntos queden en agua de borrajas. Es necesario un enfoque triple -que implique a la autoridad, a los padres y a los profesores-.
En la actualidad, las reuniones periódicas de los padres se llevan a cabo principalmente para comunicar el rendimiento académico de los alumnos y sugerir formas de mejorarlo, si es necesario. Pero el hecho es que el rendimiento académico no puede considerarse de forma aislada. El resultado académico es consecuencia de un conglomerado de factores que afectan a los estudiantes, como su salud mental, el ambiente psicosocial en el hogar, las actitudes de los padres, las creencias y aspiraciones de los padres, la actitud hacia la escuela y la relación con los profesores, etc. Este hecho está siendo difundido y apreciado por los sistemas educativos de todo el mundo. Los intentos de adherirse a este hecho en todas las actividades académicas están cobrando un impulso como nunca antes. La difusión de SEL (Social-Emotional-Learning) como un fuego salvaje, especialmente en los sistemas educativos occidentales, es una prueba de ello.